Hoy, domingo 21, ha sido un día grande en nuestra Santa Apostólica y Real Iglesia Catedral de Guadix.
Varios han sido los acontecimientos que se han unido en la santa misa dominical que, como es habitual, ha presidido nuestro obispo Monseñor don Francisco Jesús Orozco Mengíbar.
Con motivo del día del seminario han sido admitidos a las sagradas órdenes dos seminaristas de nuestro Seminario Conciliar de San Torcuato, Guillermo y Ángel, que continuaran con su proceso formativo hasta que sean ordenados de diáconos y presbíteros. Recemos por ellos y para que el Señor nos envíe nuevas vocaciones. También, con motivo del quinto aniversario de la encíclica «Amoris laetitia», se ha abierto el año de la familia, en la Catedral han estado presentes los Delegados de Familia y Vida de la Diócesis, y como colofón a la la celebración, por primera vez en nuestra Ciudad y en nuestra Catedral se ha celebrado la procesión claustral de san José, con una hermosa talla del siglo XVII, perteneciente al despacho del señor Obispo en el Palacio Episcopal. La sagrada imagen ha sido portada por miembros de la federación de Hermandades y Cofradías, y acompañada por la junta de Gobierno de la Fervorosa Hermandad de san José, san Fandila Martir y san Antonio de Padua de la parroquia de san Miguel.
Monseñor don Francisco Jesús Orozco Mengíbar ha destacado en la homilía la necesidad de que todos los miembros de la Iglesia promovamos y cuidemos las vocaciones al sacerdocio, «ya que el sacerdote no es que sea necesario, sino que es imprescindible, porque sin sacerdotes no hay Eucaristía, y sin Eucaristía no puede existir la Iglesia.» Actualmente en nuestra Diócesis funciona, ha informado, el seminario mayor y menor y el seminario en familia.
También ha glosado en la homilía la importancia y la belleza de la encíclica sobre la familia del Papa Francisco, y ha exhortado a que redescubramos la belleza del amor conyugal y a que no permitamos la adulteración del matrimonio y su razón de ser en la sociedad y en la Iglesia, a la luz del magisterio pontificio. Por último, don Francisco Jesús ha hecho una defensa de la vida, y ha expresado su rechazo a la reciente aprobación de la ley de eutanasia aprobada por el Gobierno de España, que supone la eliminación de las personas que no son «rentables económicamente», y ha defendido una ley de cuidados paliativos que garantice el cuidado de la vida humana hasta su fin natural.
Una homilía valiente, densa y clara, en consonancia con el evangelio y el magisterio de la Iglesia.
Demos gracias a Dios por la claridad de nuestro Prelado en la exposición de la fe.