En cumplimiento del Orden de S. M., que V. S. I. se sirve comunicarme en carta de 8 del corriente, sobre los daños y efectos que ha causado el temblor de tierra que se experimentó el día 1º del mismo, diré que para que las Justicias de los pueblos de la comprehensión de este Corregimiento pasen a mis manos las noticias conducentes a este fin, sin omisión alguna (para que yo lo ejecute a las de V. S. I.) tengo despachado las correspondientes veredas, para su puntual observancia.
Y deseando cumplir con la mayor satisfacción por lo respectivo a esta capital, tanto por lo que me he informado de personas de buena integridad, como por lo que por mí propio observé en el expresado temblor de tierra, se notó lo siguiente:
* Día de la festividad de todos Santos, sábado 1º de este mes, siendo la hora de las diez de la mañana, se oyó un estruendo de bastante consideración, sin observación de si la causa procedía de lo interior, o exterior de la tierra y, al mismo tiempo, se empezó a advertir el movimiento de templos, torres, casas y fuentes.
* Su duración fue de ocho a nueve minutos, siendo la mitad de ellos, de mucho exceso, que fue bastante a hacer que los pilares de las fuentes arrojasen sus aguas a bastante distancia, y lo mismo las pilas de agua bendita de las Iglesias, cuyas lámparas permanecían en continuo movimiento el tiempo de media hora.
* No sucedió ruina, ni desgracia de muerte, ni herida alguna, sólo sí que muchas paredes de casas y edificios quedaron con rajas sutiles, partidos los ladrillos. Y en la torre de la Catedral de esta ciudad, por los tres costados que miran al Poniente, Norte y Levante, se han notado en el primer cuerpo de piedra sillería, diferentes sillares abiertos por cada uno de los tres costados, y en el cuerpo tercero, que es el de las campanas, sus arcos demolidos las juntas de las mezclas. Y en lo interior de la Iglesia catedral, también se han reconocido algunas rajas delgadas y sillares hendidos.
* Sin que antes del citado temblor, se hubiese experimentado señal alguna. Y las que hay, son de consideración.
Siendo la hora de las once, se experimentó en esta ciudad otro temblor de tierra, en ocasión que se hallaba su Ayuntamiento en la Santa Iglesia Catedral, en las honras que anualmente se celebran a los Señores Reyes Católicos, don Fernando y doña Isabel (de gloriosa memoria) que motivó a que ambos Cabildos, y concurso, de estas exequias, desamparasen el templo, con tanto estrépito, y sin reflexión, que del alboroto resultó la desgracia de haberse quebrado una pierna por la rodilla un religioso conventual en el de Santo Domingo de esta ciudad, y otras muchas personas atropelladas, sin lesión de consideración, creyéndose que sus efectos permanecieron como tres minutos.
Como el que, igualmente, se han observado en el intermedio de uno y otro temblor de tierra, algunos que no han admitido consideración.