Prebendado ilustre de esta catedral, don Tomás Porro y Gallo fue secretario de cámara de del Obispo Juan de Montalbán (Dominico que tomó hábito en el convento de San Esteban de Salamanca). Fue un generosísimo donante de su fortuna para la continuación de las obras de la catedral en la primera mitad del siglo XVIII y la construcción de la nueva iglesia de El Sagrario.
Don Tomás Porro y Gallo murió a finales de 1749 y sus restos mortales descansan en la capilla de Santo Tomás de Villanueva, actualmente dedicada a Santa Teresa de Ávila. La lápida funeraria de mármol blanco rectangular está en el paramento de la epístola de la capilla. Luce una inscripción en latín con letras capitales, incisas y pintadas en negro. Debajo, entre dos calaveras sobre tibias en aspa se halla la heráldica de D. Tomás Porro y Gallo, todo ello pintado en negro. En el escudo, sobre el campo, tres barras traversadas cargadas de tres bellotas surmontadas de un águila. Timbrado con corona de duque de ocho florones.