Vicente-Pontes

Vicente Pontes y Cantelar, el obispo agustino que regaló la verja de la SARI Catedral de Guadix, por este motivo podemos ver su nombre y su escudo en la reja de la entrada principal de la catedral.

Vicente Pontes y Cantelar. Madrid, 1809 – Guadix 1893. Agustino (OSA), educador, senador y obispo de Guadix. Fray Vicente. Pese a que su última voluntad fue ser enterrado en la cripta del Altar Mayor, pocos años después de su muerte fue exhumado y hoy podemos ver su sepultura en la capilla de la Sagrada Familia, en la que también se encuentra el obispo don Juan García-Santacruz Ortiz. A continuación, la partida de defunción de Don Fray Vicente Pontes y Cantelar, transcripción literal.

Nota Marginal: Adulto. Entierro mayor. Novenario y cabo de año. El excelentísimo señor Don Vicente Pontes y Cantelar, Dignísimo Obispo de esta diócesis. Cumplida la cuarta parroquial. Gómez

En la parroquial del Sagrario de la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de Guadix. En diecinueve de Marzo de mil ochocientos noventa y tres. Por la mañana, el ilustrísimo Señor Deán y cabildo de la misma acompañando a todos los individuos del coro, parroquias de esta ciudad y las de los pueblos inmediatos, hizo la procesión fúnebre, cantó los maitines y laudes de difuntos, misa solemne de cuerpo presente y sepelio por el alma del excelentísimo Monseñor Vicente Pontes y Cantelar por la Gracia de Dios y la Santa Sede Apostólica Obispo de esta ciudad y la de Baza. Senador del Reino perteneciente a la orden Agustiniana, en la que desempeñó cargos los más importantes && de la villa y corte de Madrid, parroquia de San Millán. Es hijo legítimo de don Francisco Pontes, natural del Viso de los Pedroches provincia de Córdoba, licenciado en medicina y cirugía y de doña Antonia Cantelar, natural del mismo Madrid. Murió el día anterior a las cuatro y media de la mañana de Pulmonía según dictamen del facultativo a los ochenta y cuatro años de edad después de haber recibido, con el mayor fervor los sacramentos de la Penitencia, Sagrado Viático y extremaunción. Otorgó su testamento por ante el escribano de esta ciudad D. José Ortiz Baron en el despacho de su palacio a las doce y media del día veintisiete de Diciembre de mil ochocientos ochenta. Por el que dispuso después de haber hacho una notabilísima profesión de fe en la que se hace constar la singular devoción que profesó siempre a el misterio de la Concepción Inmaculada en el que creyó siempre aún antes de ser declarado en dogma de fe por nuestro Santísimo Padre de feliz recordación del papa Pío IX y por el cual nombró derramado su propia sangre según tenia prometido y pasado y así mismo hizo constar la particular devoción que profesó al patriarca señor San José su dulcísimo protector a quién invitaba para la hora de su muerte, y haber declarado también que siempre fue sumamente adicto a la Santa Sede Apostólica, dispuso que verificado su fallecimiento, siendo su cadáver con las bendiciones pontificales conforme al ceremonial de obispos se hiciere y ordenar su entierro en el uso y forma que se acostumbra en esta Santa Iglesia satisfaciendo de su testamento todos los gastos y a la parroquia del Sagrario el numerario y cabo de año y que se le dé sepultura según la acepción que se hace la ley de cementerios respecto de los obispos en la bóveda y lugar correspondiente que hay debajo del Altar Mayor de la misma Santa Iglesia; habiéndose verificado y colocado su cuerpo en el lugar de la misma que está debajo del lado del Evangelio y frente a la capilla del señor San Torcuato; que por su alma e intención, se apliquen cien misas rezadas a el estipendio de ocho reales cada una, cuarta parte por la colecturía parroquial del Sagrario y las otras por los Señores Capitulares beneficiados y sacerdotes empleados en la Catedral y además que estimaron sus hermanos como albaceas que, les nombran habiendo para ello cuadrantes; no dejando mayor número de misas porque cuenta con las ciento que se ha de aplicar cada uno de los señores obispos de España. Mando a las formas que no estén derogadas, lo determinado y disponer segundas por el gobierno a todas por una vez, con quién desista y aparta que a sus bienes puedan tener; que se entreguen por una vez a las comunidades de la Purísima Concepción y Santa Clara de esta ciudad, a la casa asilo de las Hermanitas de los pobres desamparados en la misma y a la otra establecida en la ciudad de Baza y a los beatos en dicha última ciudad ciento veinticinco mil pesetas en metálico para que las destinen para sus necesidades; nombró por sus albaceas a sus hermanos Dª. Vicenta, Dª Ana, Dª Josefa y Dª Paula Pontes y Cantelar vecinas de esta ciudad y de su estado honesto y edad mayor con las facultades propias de tal cargo por el otro que les conecte de contadoras y partidoras de sus viñas prorroga del término el tiempo que para su evacuación se citen porque doy testamento lo practiquen extrajudicialmente vio someterla a autoridad eclesiástica y episcopal. Instituyo y nombró en el remanente de todos sus bienes derechos y acciones y futuras sucesiones como únicas y universales herederas con igualdad a sus cuatro hermanas vecinas de esta ciudad y naturales del Viso de los Pedroches, provincia de Córdoba para hallar y gozar en pleno dominio mereciendo la parte de las supervivientes. Se le hizo entierro mayor novenario y cabo de año como arriba va expresado siendo testigos de él Dr Dn Juan Gallardo Jiménez, segundo arcediano de esta Santa Iglesia Catedral secretario de cámara y gobierno, Licenciado Don Manuel Jiménez Gómez dignidad chantre de la misma y provisor y vicario general de este obispado y por el licenciado don Juan Belmonte merino canónigo de la referida Santa Iglesia mayordomo y capellán. Para que conste firmo en Guadix fecha ut supra. Ramón Gomero

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Los asistentes al Concilio de Elvira, que presidió el obispo Félix de Acci (Guadix)

El Concilio de Elvira o de Iliberis (en latín: Concilium Eliberritanum) fue el primer concilio que se celebró en Hispania Bætica por la iglesia cristiana en el primer tercio del s. IV. Tuvo lugar en la ciudad de Ilíberis, la actual ciudad de Granada. Su fecha es incierta, entre el 300 y el 324. En el primer caso sería anterior a la persecución de Diocleciano y en el segundo, posterior al Edicto de Milán de Constantino. Algunos autores apuntan que fue entre el 300 al 303, antes de la persecución de Diocleciano; para otros se llevó a cabo antes del concilio de Arlés y entre el concilio de Nicea 303, 314 o 325.

Allí los obispos y presbíteros, en su mayoría de la Hispania Baetica y Carthaginensis, se reunieron a instancia de Osio de Córdoba, pero bajo la presidencia del obispo Félix de Acci (actualmente Guadix), probablemente por ser el obispo más antiguo presente, con sus puntos de vista para restaurar el orden y disciplina dentro de la Iglesia Católica, a consecuencia de este concilio salieron otros cánones que serían asociados con el concilio de Elvira.

En sus 81 cánones, todos disciplinares, se encuentra la ley eclesiástica más antigua concerniente al celibato del clero, la institución de las vírgenes consagradas, referencias al uso de imágenes, a las relaciones con paganos, judíos y herejes, y muchas otras, relativas a temas como matrimonio, bautismo, ayuno, excomunión, enterramiento, usura, vigilias, o cumplimiento de la obligación de asistir a misa. El objetivo era separar claramente al pueblo cristiano del gentil y evitar nuevas apostasías, caídas escandalosas y simuladas conversiones, con el fin de fortificarse ante el peligro de nuevas persecuciones.

Al concilio asistieron 19 obispos: Félix, Episcopus Accitanus (de Guadix); Sabino, Episcopus Spalensis (de Sevilla); Sinagio, Episcopus Evagrensis (de Cabra); Pardo, Episcopus Mentesanus (de la Guardia, Jaén); Cantonio, Episcopus Urcitamis (de Almería); Valero, Episcopus Caesaraugustanus (de Zaragoza); Melando, Episcopus Tolelanus (de Toledo); Vicencio, Episcopus Ossoboncnsis (de Ossónoba, Portugal); Suceso, Episcopus Eliocotrensis (de Lorca); Patricio, Episcopus Malacitanos (de Málaga); Osio, Episcopus Cordubensis (de Córdoba); Camerino, Episcopus Tuccitanus (de Martos); Secundino, Episcopus Castulonensis (de Cazlona, Jaén); Flavio, Episcopus Eliberitanus (de Granada); Liberio, Episcopus Emeritanus (de Mérida); Decencio, Episcopus Legionensis (de León); Januario, Episcopus Salariensis (de Úbeda); Quinciano, Episcopus Eborensis (de Évora, Portugal); Eutiquiano, Episcopus Bastitanus (de Baza).

También asistieron los siguientes presbíteros: Restituto, de Montero; Natal, de Osuna; Mauro, de Illiturgi; Lamponiano, de Cazalla; Barbuto, de Écija; Felicísimo, de Teba; León, de Ronda la Vieja; Liberal, de Lorca; Januario, de Alhaurín ; Januario, de Aguilar; Victorino, de Cabra; Tito, de Noalejo; Eucario, de Illiberis; Silvano, de Salobreña; Víctor, de Montemayor; Januario, de Urci; León, de Martos; Terrino, de Cazlona; Ligurio, de Rute; Emérito, de Vera; Eumancio, de Feria; Clemenciano, de Maquiz; Eutiquio, de Cartagena; y Juliano de Córdoba.

Imagen: catedraldegranada.com
Libro Jose Rivera

BREVES NOTAS SOBRE LOS OBISPOS DE LA DIÓCESIS DE GUADIX, DESDE SU RESTAURACIÓN HASTA NUESTROS DÍAS (1495-2018)

Una vez más, José Rivera, nos da a conocer algunos aspectos sobre los obispos que han pasado por catedral accitana. José Rivera, es investigador del Archivo Histórico Diocesano en el que colabora asiduamente desde hace ya  casi veinte años, además de ser miembro numerario del Centro de Estudios Pedro Suárez.

Existen aspectos históricos sobre los obispos que han pasado por esta diócesis que son poco conocidos y José Rivera, nos los desvela en ésta publicación digital y totalmente gratuita. Este trabajo nos ayudará a comprender mejor la trayectoria de la diócesis a través de sus prelados a lo largo de la historia.

Esperamos que sea de vuestro interés y que lo disfrutéis tanto como nosotros. Podéis descargar el libro en formato PDF en el siguiente enlace:

https://catedraldeguadix.es/wp-content/uploads/OBISPOS-DIOCESIS.pdf